Buenos
días, ¿Qué tal estáis?
Hoy os
proponemos un cuento motor. ¿Qué es un cuento motor?
Un
cuento motor es un cuento jugado, un cuento vivenciado, en el que tenéis que ir
narrando el texto y los peques realizarán las acciones indicadas.
Aquí os
dejamos uno. Adelante:
¡HE AQUÍ EL DOMADOR!
Érase una vez un niño que se
llamaba….…(decir el nombre del niño) y que tenía vuestra edad, más o menos. A
este niño, desde que nació, desde que era pequeñito y estaba en la barriga de
su mamá, (nos agachamos y nos tumbamos simulándolo) le gustaba jugar a ser
animales. A veces hacía que era un gato (miau…miau…) e iba dando zarpazos;
otras veces, pensaba que era un perro (guau…guau…), incluso hacía pis como ellos.
También le gustaba volar como los pájaros y arrastrarse como las serpientes. ¡Y
como los caracoles!, como los caracoles también, aunque eran muy lentos.
(imitamos la forma de moverse y comunicarse de todos los animales)Pero los
animales que más le gustaban del mundo… eran los leones (grrrrr…..). Como
corrían y saltaban de un lado para otro, como se ponían a dos patas y volvían a
correr. Pero sobretodo le gustaba como gruñían (nos convertimos en fieros
leones).
Un día, este niño estaba con su
mamá viendo la televisión, se estaba quedando dormido: bostezaba, se estiraba y
se acurrucaba…cuando…¡de repente! (hacemos como si nos estuviéramos quedando
dormidos) Oyó: ¡CIRCO, CIRCO! ¡VEN AL CIRCO Y DISFRUTA CON NUESTRO DOMADOR
DE LEONES! ¡EL INCREIBLE, EL MÁS VALIENTE! ¡CIRCO, CIRCO!
El niño se levantó, gritó y
saltó de alegría por toda la casa; cogió a su madre de la mano y se la llevó
tirando hasta un asiento en la primera fila del circo, donde se sentaron a
observar muy contentos (hacemos lo que nos índica el párrafo llevando a nuestra mamá de la mano).
En ese mismo instante, apareció
el domador con su aro y su látigo. Tiraba el aro hacia arriba y lo volvía a
coger, a veces se agachaba, lo tiraba y lo recogía. Así hasta 5 veces. Daba
latigazos al suelo (zas, zas, zas…) ¡e incluso lo usaba para saltar a la comba!
¡Era espectacular! (realizamos las diferentes acciones).
El domador estaba muy
emocionado con su actuación; tanto, que no se dio cuenta de que un león se
había escapado de su jaula y sigiloso, muy despacio y en silencio, con la boca
abierta… se acercaba hacia él (en este caso hacemos como si fuésemos el león y
nos comportamos acechantes)
Nuestro niño lo vio y sin
dudarlo ni un momento, saltó de su asiento, se puso delante del domador y …
armado de valor, miró a los ojos al león, levantó un dedo y dijo: ¡QUIETO!
(imitamos al niño). El silencio reinaba en el circo. ¿Qué pasará? Se
preguntaban todos. El león cerró la boca y se sentó al lado de nuestro niño.
Quieto, tranquilo y con la boca cerrada. Todo el mundo aplaudió y vitoreó a
nuestro héroe. Entonces, el domador, que estaba muy asustado, se quitó su
traje, lo dejó en el suelo y se fue. Nuestro niño, lo recogió: se puso los
pantalones, la camisa, la pajarita, y la chaqueta (hacemos como que nos vestimos).
Cogió el aro y el látigo y desde entonces ha sido el mejor domador de leones
del mundo.
¿Os ha gustado? Ahora podéis hacer un dibujo sobre lo que más os ha
gustado del cuento y por último os dejamos una canción que sabemos que os
encanta.
¡Mariposita!
HASTA MAÑANA, OS MANDAMOS UN BESO MUY FUERTE
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